Una Noche de Cerería en la Selva
Aug 27, 2019
Son las cinco de la tarde está empezando a oscurecer, me encuentro en el interior de la selva acostado en la raíz de un gigante árbol de ceibo esperando que llegue la noche. Mi padre está sentado entre dos árboles alistándose para la noche. A tres metros está sentado mi padre entre los arbustos, cerca hay pequeños caminos hechos por los animales que vienen a comer las flores de un árbol llamado membrillo. Uno de estos animales que frecuenta es la guanta (Agouti paca). Estos animales pasan una verdadera lucha por sobrevivir en la selva porque el jaguar, el puma, el tigrillo, el cabeza de mate y el hombre compiten por cazarlos.
El tiempo pasaba muy lentamente a las seis de la tarde, los moscos me empiezan a picar por todo el cuerpo, se meten incluso por dentro de las mangas de la camisa. Se escucha ruidos por todo lado. Durante el día la selva está dormida, en la noche se despierta, los grillos, las ranas, sapos y pájaros nocturnos todos hacen una verdadera orquesta. Más o menos a las nueve de la noche se interrumpe todos esos ruidos en el bosque con el estruendo rugir de una carabina, por un momento se siente un silencio sepulcral. Donde mi padre alumbra yace un animal en el piso, es una guanta de unos doce kilogramos aproximadamente, me pongo muy feliz ya tenemos para comer algunos días en casa y compartir con los vecinos. Cuando llegamos a casa mi madre se levanta a calentar agua para pelar la guanta.
Este es un ejemplo de que ocurre durante la luna llena y cuando los árboles están florecidos en la selva, muchos cazadores van en busca de animales en las noches en la montaña. Entre los animales que más se caza son guantas, cerdos silvestres, venados y armadillos. En la actualidad mi padre ya no caza, los animales ya no son tan comunes como hace diez años. La caza indiscriminada ha llevado a que mermen en gran manera. Pues ahora que ya no hay muchos animales y en la familia estamos más conscientes de la fragilidad del equilibrio en la naturaleza.